Crónica de un seminario: 1ª parte, el inicio del viaje

Sevilla, 19 de septiembre

Con las luces del alba sevillano, siete jóvenes, Conchi, LUis, Ana, Julio, Migue Javi y yo nos despertabamos de nuestro aletargado sueño para abrirnos camino en dirección a la estación de Santa Justa de Sevilla, en dirección a Córdoba y disfrutar de tres días de seminario sobre periodismo y medioambiente. A las 8 y 22 de la mañana teníamos previsto coger ese poderoso animal de la velocidad: el Ave. Una vez dentro cual grata fue mi sorpresa que otra amiga, Ramo, se unía tb a nuestra empresa. Tras media hora de camino llegamos a la ciudad de las tres culturas, Córdoba, allí nos reencontramos con otra amiga Isora. El grupo se había completado. Luego recorrimos algunas calles cordobesas con nuestros enseres hasta llegar al centro mágico donde la sabiduría, el interés, en algunos casos el aburrimiento, y el hartón de comer que nos dimos lo caracterizaba. Nos esperaban con los brazos abiertos el palacio de congresos de la ciudad que se escontraba a escasos metros de las mezquita cordobesa. Quien nos iba decir en febrero cuando andavamos por aquellas mismas vías, q el destino nos guardaba otra sorpresa con la posibilidad de volver a aquella ciudad q una vez fue capital no sólo del España sino del pueblo árabe. Fuimos recibidos por varias azafatas que estaban para hacerle un apaño (perdón por este comentario machista, pero es q es verdad), y nos dieron las acreditaciones, con nuestros nombres y una cartera chulísimas con información y un bloc en blanco para notas. Julio y yo lo flipamos, y dijimos que nosotros cogeríamos apuntes. Pasamos al un patio donde fuimos agasajados con diferenets manjares, para nosotros, fue todo un puntazo, pero sólo era el comienzo de lo q nos iba esperar, yo sólo digo que yo antes comía tres comidas al día y desde esos días tengo q comer seis veces al día. En definitiva que tragamso como mulos pero eso ya será otra historia o mejor dicho otra crónica.